El poeta enamorado de Clara I
En la mente del hidalgo, la que estaba en la ventana era la misma hija del rey del castillo que aún estaba enamorada de él. Maritornes le pidió dejarle tocar su mano y aunque Don Quijote le advirtió que no podía responder a su deseo de amor, le dió la mano con tan mala suerte que las mujeres se la amarraron de la muñeca y, cuando Rocinante se movió, quedó colgando muy incomodo por un rato, él pensaba que era producto de encantamiento. Mientras esto ocurría llegaron a la posada unos hombres muy agitados buscando a un joven poeta que estaba enamorado de Clara y la seguía para cantarle. Clara alcanzó a contarle esta situación a Dorotea antes de que estos hombres llegaran y, entonces, el poeta cantó y ellas dos lo escucharon.
From: $125.00 / mes durante 12 meses
En la mente del hidalgo, la que estaba en la ventana era la misma hija del rey del castillo que aún estaba enamorada de él. Maritornes le pidió dejarle tocar su mano y aunque Don Quijote le advirtió que no podía responder a su deseo de amor, le dió la mano con tan mala suerte que las mujeres se la amarraron de la muñeca y, cuando Rocinante se movió, quedó colgando muy incomodo por un rato, él pensaba que era producto de encantamiento. Mientras esto ocurría llegaron a la posada unos hombres muy agitados buscando a un joven poeta que estaba enamorado de Clara y la seguía para cantarle. Clara alcanzó a contarle esta situación a Dorotea antes de que estos hombres llegaran y, entonces, el poeta cantó y ellas dos lo escucharon.
En la mente del hidalgo, la que estaba en la ventana era la misma hija del rey del castillo que aún estaba enamorada de él. Maritornes le pidió dejarle tocar su mano y aunque Don Quijote le advirtió que no podía responder a su deseo de amor, le dió la mano con tan mala suerte que las mujeres se la amarraron de la muñeca y, cuando Rocinante se movió, quedó colgando muy incomodo por un rato, él pensaba que era producto de encantamiento. Mientras esto ocurría llegaron a la posada unos hombres muy agitados buscando a un joven poeta que estaba enamorado de Clara y la seguía para cantarle. Clara alcanzó a contarle esta situación a Dorotea antes de que estos hombres llegaran y, entonces, el poeta cantó y ellas dos lo escucharon.
En la mente del hidalgo, la que estaba en la ventana era la misma hija del rey del castillo que aún estaba enamorada de él. Maritornes le pidió dejarle tocar su mano y aunque Don Quijote le advirtió que no podía responder a su deseo de amor, le dió la mano con tan mala suerte que las mujeres se la amarraron de la muñeca y, cuando Rocinante se movió, quedó colgando muy incomodo por un rato, él pensaba que era producto de encantamiento. Mientras esto ocurría llegaron a la posada unos hombres muy agitados buscando a un joven poeta que estaba enamorado de Clara y la seguía para cantarle. Clara alcanzó a contarle esta situación a Dorotea antes de que estos hombres llegaran y, entonces, el poeta cantó y ellas dos lo escucharon.
Reviews
There are no reviews yet.