Showing 1–10 of 90 results
Poco tiempo después en un caluroso día de Julio, ‘Don Quijote’ subió sobre Rocinante, tomó su lanza, su armas y salió de su casa antes que llegara la mañana.
Lo asaltó un pensamiento terrible, pues no era armado oficialmente caballero, se propuso entonces pedirselo al primero que se cruzara en su camino.
Iba sobre su corcel hablando sólo en voz alta e imaginando cuántos libros serían escritos en su nombre contando todas sus hazañas.
Entrada la noche, cansado y con hambre vio a lo lejos del camino una posada hacia donde se dirigió.
Y siguiendo sus instrucciones, Sancho ayudó a Don Quijote a subir al carruaje, ambos acordaron que ya vendría otra aventura y con ella la oportunidad de conquistar los reinos soñados, por ahora, había que descansar y recuperarse. El cura, el barbero, Rocinante, Sancho y los ayudantes, continuaron su camino a casa, seis días le tomó llegar a la aldea. ¡Qué alegría para el ama de llaves y la sobrina del hidalgo al verlo de nuevo! Quienes después de maldecir los libros de caballería, salieron a recibirlo y atenderlo. el cura y el barbero les advirtieron que por favor no lo dejaran escapar de nuevo. Juana, la esposa de Sancho también llegó a abrazarlo y él le prometió que cuando volviera a salir como escudero de su caballero, volvería hecho un conde o un gobernador. Y así termina la primera parte del ingenioso hidalgo: Don Quijote de la Mancha.
From: $125.00 / mes durante 12 mesesEra un grupo de personas creyentes cubiertas de pies a cabeza que llevaban una imagen de la Virgen María, se dirigían a una capilla y estaban haciendo oraciones para que lloviera. En la mente creativa de Don Quijote, esto era una nueva aventura, pues se trataba de un grupo de gente bandida que llevaban secuestrada y cubierta a una gran dama y sólo a él le correspondía rescatarla. Así que, pidiendo su espada a Sancho, El caballero salió a todo galope sobre Rocinante y se ubicó frente a la procesión diciendo:
“Liberen a esa hermosa señora, cuyas lágrimas y triste semblante dan claras muestras que la llevan contra su voluntad.”
Todos los que lo escucharon inmediatamente supieron que estaba loco y empezaron a reírse a carcajadas. Esto enfureció al hidalgo y, como era ya costumbre, se lanzó a atacarlos, con tan mala suerte, que uno de ellos sabía muy bien defenderse, tomó su bastón astillado que había quedado roto por la espada de Don Quijote y, con un sólo fuerte y certero golpe sobre el hombro del de la triste figura, envió al suelo tanto al caballo como al caballero.
From: $125.00 / mes durante 12 mesesDe repente entre los matorrales apareció una cabra y detrás de ella su pastor, a quien invitaron a sentarse con ellos. El pastor aceptó y como ya era costumbre les contó su historia: se llamaba Eugenio y era de una villa cercana donde vivía una joven bellísima llamada Leandra, de quien él y su amigo Anselmo estaban enamorados. Al pueblo llegó Vicente, un soldado galante y poeta, quien tocaba la guitarra y cantaba, y quien con tantas virtudes, enamoró a Leandra y se fugó con ella una noche. Sin embargo, resultó ser un estafador y a la joven la encontraron días después sola encerrada en una cueva. Lleno de vergüenza el padre de Leandra la envió a un monasterio. Eugenio y Anselmo se internaron en estas tierras convirtiéndose en pastores para olvidarla. Don Quijote insinuó que él podía ir a buscar a la joven para entregársela y que se casara con ella, ante esto, Eugenio le dijo que estaba loco, y de nuevo inició una pelea. Hubo golpes mutuos hasta que el sonido de una trompeta los separó.
From: $125.00 / mes durante 12 mesesDecidieron sentarse a descansar todos juntos en un campo lleno de hierba fresca. Uno de los sacerdotes envió a sus ayudantes a traer comida para todos desde la posada más cercana. Sancho se acercó al cura y le pidió que por favor dejara salir a su señor de la jaula por un rato. Incluso Don Quijote prometió no hacer nada malo. Libre, saludó a su Rocinante y sentándose cerca de los sacerdotes comenzó a hablar con ellos, todos quedaron admirados de su lucidez en general y no podían creer que por temas de caballería, él perdiera la cordura. Luego, estuvieron discutiendo acerca de historias de verdaderos caballeros y de las falsas como la de El Amadís de Gaula. Varios argumentos iban y venían hasta que llegó la comida y, sentados bajo la sombra de los árboles, todos compartieron los alimentos.
From: $125.00 / mes durante 12 mesesCon Don Quijote iban: Sancho, sus amigos: el cura y el barbero, y tres ayudantes que el cura había conseguido para que los acompañaran hasta su destino, todos menos el escudero iban disfrazados. Al cabo de un tiempo, se cruzaron con un grupo de sacerdotes que preguntaron la razón para llevar a un hombre enjaulado. Alejándose un poco, el cura y el barbero les explicaron la situación de locura del hidalgo por causa de los libros de caballería. Sancho se dio cuenta de que los amigos de Don Quijote estaban disfrazados y se lo contó a su señor, pero él siguió convencido de que se trataba del encantamiento. Sancho estaba preocupado por su caballero, entonces lo invitó a escaparse con su ayuda.
From: $125.00 / mes durante 12 mesesEl cura, disfrazado como todos los demás, le dió unas sentidas palabras al caballero de la triste figura, diciéndole que simplemente lo llevaban a encontrarse con su señora Dulcinea y que su escudero lo acompañaría en todo momento. Sancho al ver a su señor encerrado, le tomó una mano y la besó jurándole que iría a su lado. La dueña de la venta, su hija y Maritornes se despidieron llorando de Don Quijote. De esta forma Cardenio y Luscinda regresaban a su casa, Fernando y Dorotea también, y, Zoraida, Ruy, Clara, su padre y Luis se dirigieron a Sevilla. Todos se abrazaron y prometieron volver a verse algún día.
From: $125.00 / mes durante 12 mesesEl dueño de la posada se fue a golpes con quienes querían huir sin pagar, Don Quijote no intervino en la pelea, pero finalmente con palabras los persuadió. Luego a la posada llegó al barbero al que Don Quijote le había quitado la vasija que veía como el yelmo de mambrino, este hombre reconoció a Sancho, lo llamó ladrón y comenzaron otra discusión que de nuevo terminó en una gran pelea. Al final el cura convenció a todos sobre la locura del hidalgo y don Fernando pagó por todos los daños causados. Dos días después decidieron dejar la posada, pero acordaron que no seguirían con la historia de la princesa Micomicona, sino que los amigos de Don Quijote lo llevarían de regreso a casa. Así consiguieron una jaula y, mientras nuestro caballero dormía, lo metieron allí. Al despertar sólo pensó que era producto de otro encantamiento.
From: $125.00 / mes durante 12 mesesMaritornes pronto soltó la muñeca de Don Quijote. Los cuatro hombres entraron a la posada a buscar a Luis, el poeta, y lo encontraron. Uno de los criados que su padre había enviado lo tomó por el brazo.Mientras Don Quijote veía todo decidió ir a buscar a Cardenio y a Fernando. Por suerte Dorotea puso a Fernando al tanto de lo que ocurría entre Luis y Clara y así él prometió intentar solucionar la situación. Cuando el padre de Clara reconoció al joven, se tranquilizó y lo llevó para que hablaran sólo los dos, entonces Luis le confesó su deseo de casarse con Clara. En ese momento se escucharon gritos en la entrada de la posada, por causa de un par de huéspedes que, aprovechando el desorden provocado por Luis, querían irse sin pagar.
From: $125.00 / mes durante 12 meses