La tercera batalla

Don Quijote y su escudero siguieron el sendero por donde se fue Marcela, pero no la hallaron a ella sino a un campo lleno de hierba fresca.
Allí soltaron a Rocinante y se dedicaron a descansar.
Cerca del lugar había unas yeguas, a las que el caballo se acercó, pero lo recibieron con herraduras y dientes. A estos golpes se sumaron los de los arrieros, que eran unos veinte, con palos y estacas.
Al ver esto Don Quijote y Sancho se lanzaron sobre los arrieros con sus espadas, pero los superaban en número, así que luego de la paliza a caballero y escudero, los arrieros se alejaron.

Desde: $125.00 / month for 12 months

Don Quijote y su escudero siguieron el sendero por donde se fue Marcela, pero no la hallaron a ella sino a un campo lleno de hierba fresca.
Allí soltaron a Rocinante y se dedicaron a descansar.
Cerca del lugar había unas yeguas, a las que el caballo se acercó, pero lo recibieron con herraduras y dientes. A estos golpes se sumaron los de los arrieros, que eran unos veinte, con palos y estacas.
Al ver esto Don Quijote y Sancho se lanzaron sobre los arrieros con sus espadas, pero los superaban en número, así que luego de la paliza a caballero y escudero, los arrieros se alejaron.

Don Quijote y su escudero siguieron el sendero por donde se fue Marcela, pero no la hallaron a ella sino a un campo lleno de hierba fresca.
Allí soltaron a Rocinante y se dedicaron a descansar.
Cerca del lugar había unas yeguas, a las que el caballo se acercó, pero lo recibieron con herraduras y dientes. A estos golpes se sumaron los de los arrieros, que eran unos veinte, con palos y estacas.
Al ver esto Don Quijote y Sancho se lanzaron sobre los arrieros con sus espadas, pero los superaban en número, así que luego de la paliza a caballero y escudero, los arrieros se alejaron.

Don Quijote y su escudero siguieron el sendero por donde se fue Marcela, pero no la hallaron a ella sino a un campo lleno de hierba fresca.
Allí soltaron a Rocinante y se dedicaron a descansar.
Cerca del lugar había unas yeguas, a las que el caballo se acercó, pero lo recibieron con herraduras y dientes. A estos golpes se sumaron los de los arrieros, que eran unos veinte, con palos y estacas.
Al ver esto Don Quijote y Sancho se lanzaron sobre los arrieros con sus espadas, pero los superaban en número, así que luego de la paliza a caballero y escudero, los arrieros se alejaron.

Clear
Precio del producto
Total de opciones adicionales:
Total del pedido:
SKU: 20000026 Categoría:

Descripción

Don Quijote y su escudero siguieron el sendero por donde se fue Marcela, pero no la hallaron a ella sino a un campo lleno de hierba fresca.
Allí soltaron a Rocinante y se dedicaron a descansar.
Cerca del lugar había unas yeguas, a las que el caballo se acercó, pero lo recibieron con herraduras y dientes. A estos golpes se sumaron los de los arrieros, que eran unos veinte, con palos y estacas.
Al ver esto Don Quijote y Sancho se lanzaron sobre los arrieros con sus espadas, pero los superaban en número, así que luego de la paliza a caballero y escudero, los arrieros se alejaron.

Información adicional

Recurrencia

Una vez, Mensual (x 6 meses), Mensual (x 12 meses)

Valoraciones

No hay valoraciones aún.

Sé el primero en valorar “La tercera batalla”

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Acceder

Registrarse

Cart
  • No products in the cart.