La pena de Don Quijote – II

Otra cosa que hacía Amadís era encomendarse a Dios, así que Don Quijote intentó rezar.

Rasgó su propia camisa para tener algo parecido a un rosario, le hizo once nudos pequeños, otro más grande y repitió un millón de Ave Marías.

En el fondo lo que nuestro caballero quería era encontrar algún ermitaño para contarle todas sus penas. Solo comía unas pocas hierbas que recogía, ese era su plan mientras que Sancho volvía, con esa dieta, si en lugar de tres días el escudero tomaba tres semanas en regresar, Don Quijote moriría.

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Otra cosa que hacía Amadís era encomendarse a Dios, así que Don Quijote intentó rezar.

Rasgó su propia camisa para tener algo parecido a un rosario, le hizo once nudos pequeños, otro más grande y repitió un millón de Ave Marías.

En el fondo lo que nuestro caballero quería era encontrar algún ermitaño para contarle todas sus penas. Solo comía unas pocas hierbas que recogía, ese era su plan mientras que Sancho volvía, con esa dieta, si en lugar de tres días el escudero tomaba tres semanas en regresar, Don Quijote moriría.

Otra cosa que hacía Amadís era encomendarse a Dios, así que Don Quijote intentó rezar.

Rasgó su propia camisa para tener algo parecido a un rosario, le hizo once nudos pequeños, otro más grande y repitió un millón de Ave Marías.

En el fondo lo que nuestro caballero quería era encontrar algún ermitaño para contarle todas sus penas. Solo comía unas pocas hierbas que recogía, ese era su plan mientras que Sancho volvía, con esa dieta, si en lugar de tres días el escudero tomaba tres semanas en regresar, Don Quijote moriría.

Otra cosa que hacía Amadís era encomendarse a Dios, así que Don Quijote intentó rezar.

Rasgó su propia camisa para tener algo parecido a un rosario, le hizo once nudos pequeños, otro más grande y repitió un millón de Ave Marías.

En el fondo lo que nuestro caballero quería era encontrar algún ermitaño para contarle todas sus penas. Solo comía unas pocas hierbas que recogía, ese era su plan mientras que Sancho volvía, con esa dieta, si en lugar de tres días el escudero tomaba tres semanas en regresar, Don Quijote moriría.

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Otra cosa que hacía Amadís era encomendarse a Dios, así que Don Quijote intentó rezar.

Rasgó su propia camisa para tener algo parecido a un rosario, le hizo once nudos pequeños, otro más grande y repitió un millón de Ave Marías.

En el fondo lo que nuestro caballero quería era encontrar algún ermitaño para contarle todas sus penas. Solo comía unas pocas hierbas que recogía, ese era su plan mientras que Sancho volvía, con esa dieta, si en lugar de tres días el escudero tomaba tres semanas en regresar, Don Quijote moriría.

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