El Yelmo de Mambrino – II

Una vez que Sancho se lo entregó don Quijote se puso la vasija en la cabeza y dijo: -”Sin duda que el dueño de este yelmo tenía la cabeza muy grande y lo peor es que le falta la mitad” Sancho no pudo contener la risa, no era un yelmo si no la vasija de un barbero. don Quijote le dijo que seguramente, ese hombre desconociendo el valor de esta pieza, había destruido el yelmo para hacer la vasija y que de todas maneras se la iba a quedar. Preparándose para seguir su camino Sancho le dijo a don Quijote que en casi todas sus aventuras terminaba herido, en situaciones que se podrían evitar y que de ahora en adelante, pensaba tener sus cinco sentidos para no herir a nadie y estaba dispuesto a olvidar las burlas.

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Una vez que Sancho se lo entregó don Quijote se puso la vasija en la cabeza y dijo: -”Sin duda que el dueño de este yelmo tenía la cabeza muy grande y lo peor es que le falta la mitad” Sancho no pudo contener la risa, no era un yelmo si no la vasija de un barbero. don Quijote le dijo que seguramente, ese hombre desconociendo el valor de esta pieza, había destruido el yelmo para hacer la vasija y que de todas maneras se la iba a quedar. Preparándose para seguir su camino Sancho le dijo a don Quijote que en casi todas sus aventuras terminaba herido, en situaciones que se podrían evitar y que de ahora en adelante, pensaba tener sus cinco sentidos para no herir a nadie y estaba dispuesto a olvidar las burlas.

Una vez que Sancho se lo entregó don Quijote se puso la vasija en la cabeza y dijo: -”Sin duda que el dueño de este yelmo tenía la cabeza muy grande y lo peor es que le falta la mitad” Sancho no pudo contener la risa, no era un yelmo si no la vasija de un barbero. don Quijote le dijo que seguramente, ese hombre desconociendo el valor de esta pieza, había destruido el yelmo para hacer la vasija y que de todas maneras se la iba a quedar. Preparándose para seguir su camino Sancho le dijo a don Quijote que en casi todas sus aventuras terminaba herido, en situaciones que se podrían evitar y que de ahora en adelante, pensaba tener sus cinco sentidos para no herir a nadie y estaba dispuesto a olvidar las burlas.

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Una vez que Sancho se lo entregó don Quijote se puso la vasija en la cabeza y dijo: -”Sin duda que el dueño de este yelmo tenía la cabeza muy grande y lo peor es que le falta la mitad” Sancho no pudo contener la risa, no era un yelmo si no la vasija de un barbero. don Quijote le dijo que seguramente, ese hombre desconociendo el valor de esta pieza, había destruido el yelmo para hacer la vasija y que de todas maneras se la iba a quedar. Preparándose para seguir su camino Sancho le dijo a don Quijote que en casi todas sus aventuras terminaba herido, en situaciones que se podrían evitar y que de ahora en adelante, pensaba tener sus cinco sentidos para no herir a nadie y estaba dispuesto a olvidar las burlas.

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