Zoraida
Luscinda le dijo al señor que ellas le estaban ofreciendo dormir juntas, a lo que el hombre que se llamaba Ruy, respondió muy agradecido aceptando la oferta. El hombre le contó que venían del norte de África, desde Argel y aunque ella era musulmana de cuerpo y vestuario, su alma era cristiana y quería ser bautizada. Dorote la invitó a irse con ellas y le preguntó si podía descubrir su cara. El señor tradujo y al ver su rostro notó que era bellísimo. Luego le preguntaron su nombre, a lo que primero respondió Zoraida, y después María.
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Luscinda le dijo al señor que ellas le estaban ofreciendo dormir juntas, a lo que el hombre que se llamaba Ruy, respondió muy agradecido aceptando la oferta. El hombre le contó que venían del norte de África, desde Argel y aunque ella era musulmana de cuerpo y vestuario, su alma era cristiana y quería ser bautizada. Dorote la invitó a irse con ellas y le preguntó si podía descubrir su cara. El señor tradujo y al ver su rostro notó que era bellísimo. Luego le preguntaron su nombre, a lo que primero respondió Zoraida, y después María.
Luscinda le dijo al señor que ellas le estaban ofreciendo dormir juntas, a lo que el hombre que se llamaba Ruy, respondió muy agradecido aceptando la oferta. El hombre le contó que venían del norte de África, desde Argel y aunque ella era musulmana de cuerpo y vestuario, su alma era cristiana y quería ser bautizada. Dorote la invitó a irse con ellas y le preguntó si podía descubrir su cara. El señor tradujo y al ver su rostro notó que era bellísimo. Luego le preguntaron su nombre, a lo que primero respondió Zoraida, y después María.
Luscinda le dijo al señor que ellas le estaban ofreciendo dormir juntas, a lo que el hombre que se llamaba Ruy, respondió muy agradecido aceptando la oferta. El hombre le contó que venían del norte de África, desde Argel y aunque ella era musulmana de cuerpo y vestuario, su alma era cristiana y quería ser bautizada. Dorote la invitó a irse con ellas y le preguntó si podía descubrir su cara. El señor tradujo y al ver su rostro notó que era bellísimo. Luego le preguntaron su nombre, a lo que primero respondió Zoraida, y después María.
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