La posada y Maritornes
Y tuvieron suerte, porque un poco más adelante encontraron una posada. Pronto se acercó el dueño, preguntando que le había ocurrido al caballero. Sancho le dijo que no era nada, solo una caída desde una montaña elevada, que le había causado golpes en las costillas.
A la entrada también acudieron la esposa del dueño de la venta que llamó a su hija para que le ayudará a atender a Don Quijote. También llamaron a otra criada de nombre ‘Maritornes’.
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Y tuvieron suerte, porque un poco más adelante encontraron una posada. Pronto se acercó el dueño, preguntando que le había ocurrido al caballero. Sancho le dijo que no era nada, solo una caída desde una montaña elevada, que le había causado golpes en las costillas.
A la entrada también acudieron la esposa del dueño de la venta que llamó a su hija para que le ayudará a atender a Don Quijote. También llamaron a otra criada de nombre ‘Maritornes’.
Y tuvieron suerte, porque un poco más adelante encontraron una posada. Pronto se acercó el dueño, preguntando que le había ocurrido al caballero. Sancho le dijo que no era nada, solo una caída desde una montaña elevada, que le había causado golpes en las costillas.
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Y tuvieron suerte, porque un poco más adelante encontraron una posada. Pronto se acercó el dueño, preguntando que le había ocurrido al caballero. Sancho le dijo que no era nada, solo una caída desde una montaña elevada, que le había causado golpes en las costillas.
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