La mujer triste

Mientras tanto en la entrada de la posada estaba el dueño que veía a cuatro potenciales clientes, hombres con antifaces a caballo que transportaban a una mujer con la cara cubierta y vestida de blanco. Pronto entraron y el cura se acercó a preguntarles quiénes eran. Uno contestó que se había unido hacía poco a la caravana y que de los otros ninguno hablaba, a la señora no le había visto la cara pero si la escuchaba suspirar muy afligida, como si a dónde la llevaran fuera obligada, parecía que iba a convertirse en monja.

From: $125.00 / mes durante 12 meses

Mientras tanto en la entrada de la posada estaba el dueño que veía a cuatro potenciales clientes, hombres con antifaces a caballo que transportaban a una mujer con la cara cubierta y vestida de blanco. Pronto entraron y el cura se acercó a preguntarles quiénes eran. Uno contestó que se había unido hacía poco a la caravana y que de los otros ninguno hablaba, a la señora no le había visto la cara pero si la escuchaba suspirar muy afligida, como si a dónde la llevaran fuera obligada, parecía que iba a convertirse en monja.

Mientras tanto en la entrada de la posada estaba el dueño que veía a cuatro potenciales clientes, hombres con antifaces a caballo que transportaban a una mujer con la cara cubierta y vestida de blanco. Pronto entraron y el cura se acercó a preguntarles quiénes eran. Uno contestó que se había unido hacía poco a la caravana y que de los otros ninguno hablaba, a la señora no le había visto la cara pero si la escuchaba suspirar muy afligida, como si a dónde la llevaran fuera obligada, parecía que iba a convertirse en monja.

Mientras tanto en la entrada de la posada estaba el dueño que veía a cuatro potenciales clientes, hombres con antifaces a caballo que transportaban a una mujer con la cara cubierta y vestida de blanco. Pronto entraron y el cura se acercó a preguntarles quiénes eran. Uno contestó que se había unido hacía poco a la caravana y que de los otros ninguno hablaba, a la señora no le había visto la cara pero si la escuchaba suspirar muy afligida, como si a dónde la llevaran fuera obligada, parecía que iba a convertirse en monja.

Limpiar
Precio del producto
Total de opciones adicionales:
Total del pedido:
SKU: 20000073 Category:

Description

Mientras tanto en la entrada de la posada estaba el dueño que veía a cuatro potenciales clientes, hombres con antifaces a caballo que transportaban a una mujer con la cara cubierta y vestida de blanco. Pronto entraron y el cura se acercó a preguntarles quiénes eran. Uno contestó que se había unido hacía poco a la caravana y que de los otros ninguno hablaba, a la señora no le había visto la cara pero si la escuchaba suspirar muy afligida, como si a dónde la llevaran fuera obligada, parecía que iba a convertirse en monja.

Additional information

Recurrencia

Una vez, Mensual (x 6 meses), Mensual (x 12 meses)

Reviews

There are no reviews yet.

Be the first to review “La mujer triste”

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Login

Register

Cart
  • No products in the cart.