Don Quijote y Sancho heridos I y II

Ambos quedaron muy malheridos, se quejaban que quizás hasta les habían roto las costillas.
En un gran esfuerzo, entre suspiros y reniegos Sancho logro acomodar a Don Quijote sobre su asno Rucio.
El caballero le dijo que para futuras ocasiones, debía ser el escudero el que enfrenté a esos hombres de baja ralea, a lo que Sancho contestó:
-”Señor, yo soy hombre pacífico, manso, sosegado y sé disimular cualquier injuria, porque tengo mujer y hijos que sustentar y criar”. Sancho levantó a Rocinante -que a su parecer no merecía ninguna ayuda porque por él inició todo este alboroto- acomodó la armadura sobre él.
Y así se encaminaron, adoloridos y golpeados a buscar un lugar donde ser curados.

Desde: $125.00 / month for 12 months

Ambos quedaron muy malheridos, se quejaban que quizás hasta les habían roto las costillas.
En un gran esfuerzo, entre suspiros y reniegos Sancho logro acomodar a Don Quijote sobre su asno Rucio.
El caballero le dijo que para futuras ocasiones, debía ser el escudero el que enfrenté a esos hombres de baja ralea, a lo que Sancho contestó:
-”Señor, yo soy hombre pacífico, manso, sosegado y sé disimular cualquier injuria, porque tengo mujer y hijos que sustentar y criar”. Sancho levantó a Rocinante -que a su parecer no merecía ninguna ayuda porque por él inició todo este alboroto- acomodó la armadura sobre él.
Y así se encaminaron, adoloridos y golpeados a buscar un lugar donde ser curados.

Ambos quedaron muy malheridos, se quejaban que quizás hasta les habían roto las costillas.
En un gran esfuerzo, entre suspiros y reniegos Sancho logro acomodar a Don Quijote sobre su asno Rucio.
El caballero le dijo que para futuras ocasiones, debía ser el escudero el que enfrenté a esos hombres de baja ralea, a lo que Sancho contestó:
-”Señor, yo soy hombre pacífico, manso, sosegado y sé disimular cualquier injuria, porque tengo mujer y hijos que sustentar y criar”. Sancho levantó a Rocinante -que a su parecer no merecía ninguna ayuda porque por él inició todo este alboroto- acomodó la armadura sobre él.
Y así se encaminaron, adoloridos y golpeados a buscar un lugar donde ser curados.

Ambos quedaron muy malheridos, se quejaban que quizás hasta les habían roto las costillas.
En un gran esfuerzo, entre suspiros y reniegos Sancho logro acomodar a Don Quijote sobre su asno Rucio.
El caballero le dijo que para futuras ocasiones, debía ser el escudero el que enfrenté a esos hombres de baja ralea, a lo que Sancho contestó:
-”Señor, yo soy hombre pacífico, manso, sosegado y sé disimular cualquier injuria, porque tengo mujer y hijos que sustentar y criar”. Sancho levantó a Rocinante -que a su parecer no merecía ninguna ayuda porque por él inició todo este alboroto- acomodó la armadura sobre él.
Y así se encaminaron, adoloridos y golpeados a buscar un lugar donde ser curados.

Clear
Precio del producto
Total de opciones adicionales:
Total del pedido:
SKU: 20000027 Categoría:

Descripción

Ambos quedaron muy malheridos, se quejaban que quizás hasta les habían roto las costillas.
En un gran esfuerzo, entre suspiros y reniegos Sancho logro acomodar a Don Quijote sobre su asno Rucio.
El caballero le dijo que para futuras ocasiones, debía ser el escudero el que enfrenté a esos hombres de baja ralea, a lo que Sancho contestó:
-”Señor, yo soy hombre pacífico, manso, sosegado y sé disimular cualquier injuria, porque tengo mujer y hijos que sustentar y criar”. Sancho levantó a Rocinante -que a su parecer no merecía ninguna ayuda porque por él inició todo este alboroto- acomodó la armadura sobre él.
Y así se encaminaron, adoloridos y golpeados a buscar un lugar donde ser curados.

Información adicional

Recurrencia

Una vez, Mensual (x 6 meses), Mensual (x 12 meses)

Valoraciones

No hay valoraciones aún.

Sé el primero en valorar “Don Quijote y Sancho heridos I y II”

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Acceder

Registrarse

Cart
  • No products in the cart.