Cardenio y Luscinda – II

Cardenio estaba feliz de volver a ver a Luscinda, como Fernando era su amigo, le contaba todo sobre ella, tanto que él deseaba finalmente ver a esa hermosa mujer, ahí empezó la tragedia porque Fernando también se enamoró de Luscinda al punto de querer pedir su mano.
Un día en una de las muchas cartas que se enviaban Cardenio y Luscinda, ella le pedía prestado el libro ‘Amadís de Gaula’, pues le encantaban las novelas de caballería.
Al escuchar esto don Quijote interrumpió a Cardenio, alabando el buen gusto de Luscinda y, emocionado, sugiriendo otros libros que podría haberle enviado. Finalmente nuestro caballero recapacitó y se disculpó por la interrupción, pero Cardenio se quedó en silencio por un rato, hasta que dijo:
-”Nadie me saca del pensamiento que Madasima tenía una relación ilícita con Elisabat”

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Cardenio estaba feliz de volver a ver a Luscinda, como Fernando era su amigo, le contaba todo sobre ella, tanto que él deseaba finalmente ver a esa hermosa mujer, ahí empezó la tragedia porque Fernando también se enamoró de Luscinda al punto de querer pedir su mano.
Un día en una de las muchas cartas que se enviaban Cardenio y Luscinda, ella le pedía prestado el libro ‘Amadís de Gaula’, pues le encantaban las novelas de caballería.
Al escuchar esto don Quijote interrumpió a Cardenio, alabando el buen gusto de Luscinda y, emocionado, sugiriendo otros libros que podría haberle enviado. Finalmente nuestro caballero recapacitó y se disculpó por la interrupción, pero Cardenio se quedó en silencio por un rato, hasta que dijo:
-”Nadie me saca del pensamiento que Madasima tenía una relación ilícita con Elisabat”

Cardenio estaba feliz de volver a ver a Luscinda, como Fernando era su amigo, le contaba todo sobre ella, tanto que él deseaba finalmente ver a esa hermosa mujer, ahí empezó la tragedia porque Fernando también se enamoró de Luscinda al punto de querer pedir su mano.
Un día en una de las muchas cartas que se enviaban Cardenio y Luscinda, ella le pedía prestado el libro ‘Amadís de Gaula’, pues le encantaban las novelas de caballería.
Al escuchar esto don Quijote interrumpió a Cardenio, alabando el buen gusto de Luscinda y, emocionado, sugiriendo otros libros que podría haberle enviado. Finalmente nuestro caballero recapacitó y se disculpó por la interrupción, pero Cardenio se quedó en silencio por un rato, hasta que dijo:
-”Nadie me saca del pensamiento que Madasima tenía una relación ilícita con Elisabat”

Cardenio estaba feliz de volver a ver a Luscinda, como Fernando era su amigo, le contaba todo sobre ella, tanto que él deseaba finalmente ver a esa hermosa mujer, ahí empezó la tragedia porque Fernando también se enamoró de Luscinda al punto de querer pedir su mano.
Un día en una de las muchas cartas que se enviaban Cardenio y Luscinda, ella le pedía prestado el libro ‘Amadís de Gaula’, pues le encantaban las novelas de caballería.
Al escuchar esto don Quijote interrumpió a Cardenio, alabando el buen gusto de Luscinda y, emocionado, sugiriendo otros libros que podría haberle enviado. Finalmente nuestro caballero recapacitó y se disculpó por la interrupción, pero Cardenio se quedó en silencio por un rato, hasta que dijo:
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Cardenio estaba feliz de volver a ver a Luscinda, como Fernando era su amigo, le contaba todo sobre ella, tanto que él deseaba finalmente ver a esa hermosa mujer, ahí empezó la tragedia porque Fernando también se enamoró de Luscinda al punto de querer pedir su mano.
Un día en una de las muchas cartas que se enviaban Cardenio y Luscinda, ella le pedía prestado el libro ‘Amadís de Gaula’, pues le encantaban las novelas de caballería.
Al escuchar esto don Quijote interrumpió a Cardenio, alabando el buen gusto de Luscinda y, emocionado, sugiriendo otros libros que podría haberle enviado. Finalmente nuestro caballero recapacitó y se disculpó por la interrupción, pero Cardenio se quedó en silencio por un rato, hasta que dijo:
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