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Ofendido Don Quijote le dijo a Cardenio que eso no era verdad y Cardenio, que estaba entrando en su locura, violentamente se lanzó a golpear al de la triste figura.
Sancho se lanzó a defender a su señor, con tan mala suerte que fue empujado y golpeado directo en las costillas dejándolo en el piso adolorido y enojado, pues sentía que no merecía ese trato. La misma suerte corrió el pastor que intentó detenerlo.
Al final, entre los matorrales, Cardenio desapareció y Don Quijote se quedó pensando que no supo el final de la historia, quería volver a hallarlo para escuchar cómo terminó todo.
Desde: $125.00 / month for 12 monthsCardenio estaba feliz de volver a ver a Luscinda, como Fernando era su amigo, le contaba todo sobre ella, tanto que él deseaba finalmente ver a esa hermosa mujer, ahí empezó la tragedia porque Fernando también se enamoró de Luscinda al punto de querer pedir su mano.
Un día en una de las muchas cartas que se enviaban Cardenio y Luscinda, ella le pedía prestado el libro ‘Amadís de Gaula’, pues le encantaban las novelas de caballería.
Al escuchar esto don Quijote interrumpió a Cardenio, alabando el buen gusto de Luscinda y, emocionado, sugiriendo otros libros que podría haberle enviado. Finalmente nuestro caballero recapacitó y se disculpó por la interrupción, pero Cardenio se quedó en silencio por un rato, hasta que dijo:
-”Nadie me saca del pensamiento que Madasima tenía una relación ilícita con Elisabat”
Cuando creció estaba listo para casarse con ella, pero llegó una carta que recibió del Duque Ricardo solicitando su presencia y tuvo que posponer la pedida de mano. Ambos prometieron esperar para volverse a encontrar. Ya en presencia del duque, Cardenio conoció al hijo menor ‘Fernando’ con quien generó una amistad tan grande que hasta los secretos de sus corazones se contaron. Fernando se convirtió en su mejor amigo, estaba enamorado de una labradora del lugar y quería casarse con ella, Cardenio no podía ocultar algo así ante el duque, así que contó toda la verdad y Fernando quedó muy dolido, no se casó con la labradora y pidió irse a vivir con Cardenio a su casa. El Duque estuvo de acuerdo.
Desde: $125.00 / month for 12 monthsEl cabrero les contó cómo, al parecer, ese hombre tenía una locura que iba y venía y que en los peores momentos lo hacía muy violento, maldiciendo a un tal ‘Fernando’ y gritando que le iba a arrancar el corazón. También le contó al caballero y al escudero, que lo habían ayudado, pero que en un momento se adentro en la sierra y lo veían de vez en cuando, a veces cuerdo y a veces loco furioso.
Desde: $125.00 / month for 12 monthsCuando continuaron caminando, se cruzaron con un pastor de cabras. Nuestro caballero le preguntó si sabía del dueño de la maleta. El pastor le dijo que efectivamente lo habían visto, que era un hombre de buena familia y muy educado que se escondía en la zona más árida de la Sierra y de vez en cuando salía al camino buscando comida, a veces la pedía a la buenas, pero otras veces se la arrebataba a quién pasara por ahí.
Desde: $125.00 / month for 12 monthsLuego de preguntarle a varios cuáles eran las razones para haber sido castigados, conmovido con cada historia, Don Quijote le pidió al comisario liberarlos, quien por supuesto se negó y entonces se inició una nueva batalla, los otros guardias también atacaron a don Quijote; los esclavos aprovecharon la oportunidad para romper las cadenas y finalmente los guardias salieron huyendo. Luego de su acto heroico, nuestro caballero le ordenó a los liberados presentarse frente a su señora Dulcinea, pero recibiendo una negativa liderada por ‘Gines’ el hidalgo se enfureció, debido a que una de las cosas que más detestaba era la ingratitud. Y aún faltaba más, los esclavos le lanzaron piedras a don Quijote, hasta hacerlo caer del caballo, lo golpearon con su propio ‘yelmo’, le robaron a Sancho su gabán y luego huyeron. Entonces, don Quijote le dijo a Sancho: -”Hacer bien a villanos es echar agua en la mar.”
Desde: $125.00 / month for 12 monthsEstaban el caballero y el escudero hablando, cuando el primero alzó la mirada y vio que por el camino venía una docena de hombres encadenados de cuello y manos, Sancho le aclaró que eran hombres que por sus delitos habían sido condenados a trabajos forzados como castigo. De cualquier manera a don Quijote le pareció injusto que los llevaran forzados y le pareció conveniente ejercer su oficio y ‘socorrer a los miserables’.
Desde: $125.00 / month for 12 monthsUna vez que Sancho se lo entregó don Quijote se puso la vasija en la cabeza y dijo: -”Sin duda que el dueño de este yelmo tenía la cabeza muy grande y lo peor es que le falta la mitad” Sancho no pudo contener la risa, no era un yelmo si no la vasija de un barbero. don Quijote le dijo que seguramente, ese hombre desconociendo el valor de esta pieza, había destruido el yelmo para hacer la vasija y que de todas maneras se la iba a quedar. Preparándose para seguir su camino Sancho le dijo a don Quijote que en casi todas sus aventuras terminaba herido, en situaciones que se podrían evitar y que de ahora en adelante, pensaba tener sus cinco sentidos para no herir a nadie y estaba dispuesto a olvidar las burlas.
Desde: $125.00 / month for 12 monthsComenzaba a llover y a lo lejos Don Quijote vio a un hombre a caballo, le llamó la atención lo que en su cabeza llevaba y que brillaba como el oro.
Le dijo a Sancho que “Donde una puerta se cierra, otra se abre” viendo ante sus ojos la nueva aventura
-”Es el yelmo de ‘Mambrino’ que yo he jurado poseer.” dijo nuestro caballero.
En realidad, el hombre tenía una vasija de lata en la cabeza -de las que usan los barberos para lavar la barba-, para cubrirse de la lluvia. Cuando don Quijote estaba cerca del hombre no dudó en lanzarse sobre él para quitarle lo que era suyo y empezó a perseguirlo a toda velocidad sobre Rocinante levantando su lanza. El pobre hombre asustado se tumbó al suelo, salió corriendo y se le cayó lo que tenía en la cabeza. Así que nuestro caballero logró su objetivo y le pidió a Sancho ir a recoger el premio.
Entrando la mañana a Sancho le dio por hacer lo que nadie más puede sino él, pero era tanto su miedo que no quería apartarse de su caballero, así que decidió hacerlo justo ahí acomodándose lo mejor que pudo.
Y entonces hizo un ruido muy diferente a los demás, tanto que don Quijote le preguntó qué era ese nuevo sonido.
Lo descubrió y le advirtió que la próxima vez se alejara más.
Liberada esta carga, retomaron su camino